miércoles, 13 de junio de 2012

Homenaje al bicentenario de la creación del Regimiento 
de Granaderos a Caballo "General SAN MARTÍN"




A los bravos herederos del valor sanmartiniano,*
Los gloriosos granaderos de este suelo americano.

Recién surgida la Patria, volvió el Gran Jefe a su tierra,
En su mente aún evocando la batalla de Bailén.
Genio y figura, estratega, ascendente en su carrera,
Indicósele enseguida que formara e instruyera
Militarmente un gran cuerpo de soldados que impidiera
Incursiones y saqueos que alguna escuadra extranjera
Efectuaba en esos tiempos, del Paraná, en la ribera;
Nació así este Regimiento que, en su bautismo de guerra,
Triunfó sobre aquella fuerza, acechante, aventurera,
Obteniendo en San Lorenzo, de su prestigio, el sostén.

Dominado por realistas el sur de este continente,
Emanciparlo fue el reto de esta estirpe de valientes.

Grandiosa epopeya tuvo, como punto de partida,
Realizar la travesía de la andina cordillera.
Amparados bajo el manto de la madre más querida,
Nuestra Señora de Cuyo bendijo su despedida.
Así comenzó la gesta más trascendente y heroica
De esta tropa formidable, sacrificada y estoica,
Extendiendo al continente el anhelo soberano,
Redimiendo en sus hazañas a sendos pueblos hermanos
Oprimidos por el yugo de imperialismos lejanos,
Sedientos de libertad, amantes de su bandera.

América hará memoria de estas páginas de gloria:

Chacabuco, Talcahuano, Curapaligüe y Chillán;
Achupallas, El Manzano, Nazca, Pasco y Gavilán;
Bío Bío, Maypo, Arauco, Parral, Quirigüe y Junín,
Admiraron a las huestes del General. San Martín.
Las Coimas, Jauja, Riobamba, Ayacucho y Santa Fe,
Laureles patrios lucieron, engalanadas y en pie
Oyendo con gran orgullo de la victoria, el clarín.

Gigantes en la montaña, imbatibles en el llano,
Exponentes del arrojo que exhibieron en su acción,
Nunca blandieron su sable para enfrentar al hermano,
Entregándose a la causa de nuestra emancipación;
Regando con sangre criolla el gran suelo americano,
Abrazando con sus vidas el ideal sanmartiniano,
Luchando con entereza, audacia y abnegación...

Servidores de la Patria, que exigió su sacrificio,
A cambio nada pidieron, por su dignidad y honor,
Naturales fundamentos de su moral superior.

Mientras haya en nuestra tierra un soldado Granadero,
Aguerrido, y heredero de nuestro Libertador,
Reivindicará por siempre la virtud de ese guerrero
Triunfante en aquellas lides; por su coraje, el primero;
Infalible con su acero; en la paz, un caballero
Noble, gallardo y austero; en la contienda, el mejor.

[Extraído del libro "Acrósticos Sanmartinianos"
de Hernán M. NIÑO ALZUETA,
 pág. 18, "Carrillón Ediciones" -MMX]

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